Quisiera darte un consejo
que aprendà para mi daño,
un dÃa en que me hice viejo
a causa de un desengaño:
Si quieres a una mujer,
quiérela de tal manera
que la dejes de querer
antes que ella no te quiera;
Porque en esto del amar
sucede lo que al reñir
que es necesario matar,
o es necesario morir;
Y el que no es tonto prefiere
cuando de la ocasión se trata,
al golpe del que se muere,
el hierro con que se mata.
Porque al que mata lo encierran,
pero lo indultan después;
y al que se muere, ¡ya ves!
al que se muere lo entierran.
Aquà tienes el consejo
que aprendà para mi daño
un dÃa en que me hice viejo
a causa de un desengaño.